Una batalla campal se salda con dos detenidos, 17 agentes heridos y graves destrozos en Gràcia
Unos 500 jóvenes se enfrentaron la pasada madrugada a agentes de la Guardia Urbana que intentaban poner fin al concierto de unos músicos callejeros en la plaza del Sol. La batalla campal se saldó con dos jóvenes detenidos y 17 urbanos heridos leves, además de graves destrozos. El Ayuntamiento habla de hecho aislado, pero los vecinos aseguran que los actos de gamberrismo se producen a diario.

Los incidentes se produjeron a las 3.20 horas de la madrugada pasada cuando dos coches patrullas de la Guardia Urbana, integradas por seis agentes, conminaron a un grupo de músicos callejeros, que desde hace tiempo actúan cuando cierran los bares de la plaza del Sol, a que dejaran de tocar porque estaban molestando a los vecinos. En ese momento, según fuentes policiales, una treintena de jóvenes se dirigieron contra uno de los dos coches patrulla con gritos de «Sin pistolas no sois nada» o «Gervilla jódete» -en alusión al urbano asesinado por ETA-, al tiempo que lanzaban botellas y piedras a los agentes que optaron por replegarse y pedir ayuda a la Central de la Guardia Urbana.
Algunos jóvenes de colectivos radicales y «okupas» del barrio de Gràcia, que hoy finaliza su fiesta mayor, se sumaron a la batalla campal contra los agentes antidisturbios de la policía local y contra algunas dotaciones de la Policía Nacional que acudieron también a auxiliar a sus compañeros.
BALANCE DE DAÑOS
Durante unos veinte minutos, unos 500 jóvenes participaron en los enfrentamientos callejeros con la policía que se saldaron con dos detenidos, Blai M. V. y Juan Ignacio P.V., de 22 y 19 años de edad respectivamente, y con 17 agentes heridos leves. Según la Guardia Urbana, algunos manifestantes también resultaron contusionados en la refriega, aunque ninguno de ellos precisó asistencia médica.
Los jóvenes radicales, a los que se les intervino diverso material incendiario, destrozaron dos coches patrullas y dos motos Scooter de la Guardia Urbana, a cuyos agentes les lanzaron botellas de vidrio que sacaron del interior de un contenedor de reciclaje volcado. También rompieron los cristales de nueve entidades bancarias de la calle Gran de Gràcia y provocaron destrozos en tres cabinas telefónicas y en la estación de Metro de Fontana. Además, cruzaron y volcaron algunos vehículos particulares y contenedores en las calles Montseny y Asturias.
A primera hora de la mañana, los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona acondicionaron las calles y las plazas, repletas de piedras y vidrios, repararon los desperfectos en la estación de Metro y colocaron los contenedores de basura y vidrio en su sitio con el fin de dar una imagen de «normalidad» en el barrio después de la batalla campal entre jóvenes radicales y policías locales.
«INCIDENTES AISLADOS»
«El distrito lamenta los incidentes, aislados en el contexto global de la fiesta, que obligan, una vez más, a realizar un llamamiento a la convivencia, el civismo y la democracia», según señala un comunicado oficial del Ayuntamiento de Barcelona sobre los hechos y que anima a los ciudadanos «a continuar disfrutando todos juntos de una fiesta viva y llena de actos para todos». La fiesta mayor de Gràcia finaliza hoy a las 22.00 horas con el «correfoc» que recorrerá todas las calles del barrio y con el concierto de Mayte Martín en el Espai de la Música, en la plaza Sant Felip Neri.
El presidente del distrito de Gràcia y concejal de Cultura, Ferran Mascarell, mostró ayer su esperanza en que los incidentes de la pasada madrugada no se vuelvan a repetir para que no estropeen el final de las fiestas «que se han desarrollado con una convivencia modélica». El concejal calificó los enfrentamientos entre los jóvenes radicales y los urbanos como «importantes, aunque sin más continuidad». Mascarell destacó que la situación era absolutamente normal veinte minutos después de que sucedieran los disturbios y añadió que estos hechos «sólo rompen la normalidad por un momento».
Según el responsable de Cultura, hay que tener en cuenta que en la plaza del Sol se concentran muchas personas «siempre pacíficamente» durante los meses de verano y que «cuando intentas hacer cumplir el pacto cívico de convivencia en la plaza entre los que se encuentran en los bares, los residentes y los que están fuera de horario, siempre hay alguien que no lo entiende, cuando la normativa está hecha para responder a las necesidades de todos».
«Intentamos que sea compatible disfrutar de las fiestas y tener tranquilidad», apuntó Mascarell, que insistió en que los incidentes se produjeron cuando la Guardia Urbana pidió a los músicos callejeros que bajaran el volumen para no molestar a los vecinos.
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«Algunos no lo han entendido -afirmó Mascarell-, y se han dirigido con malos modos a los agentes, han provocado desperfectos en el mobiliario urbano y se han producido algunos enfrentamientos». El presidente del distrito de Gràcia reiteró que sería «frívolo» atribuir esta acción vandálica a algún colectivo determinado de personas porque, a su juicio, «es, sencillamente, gente que no entiende que hay normas de convivencia establecidas».
El concejal de Cultura aseguró que los disturbios «no provocarán» ningún cambio en el programa de la fiesta mayor del barrio por «donde cada día pasan miles de personas y la fiesta es un modelo de convivencia y de civismo».
«ARMAN FOLLÓN CADA DÍA»
Los vecinos de la plaza del Sol aseguran que los actos de gamberrismo se suceden cada día en este recinto a cargo de una treintena de jóvenes que se reunen en este lugar hacia las tres de la madrugada cuando se cierran los bares de la zona. A esa hora, en medio de la plaza comienza un concierto callejero improvisado de timbales y otros instrumentos musicales que impiden descansar al vecindario.
«Arman follón cada día, pues vienen con carros llenos de bebidas, que venden a los clientes que salen de los bares cerrados y que aún no se quieren ir a dormir», aseguró a Efe Humberto Núñez, vecino y testigo de los disturbios de la pasada madrugada. «Unos 30 ó 35 jóvenes borrachos han empezado a hacer ruido y a insultar a todo el que pasaba y cuando han llegado los agentes de la Guardia Urbana les han comenzado a tirar piedras y a volcar contenedores de basura», explicó.
Ana María Castillo, encargada de una de las panaderías de la plaza del Sol, afirmó que este tipo de incidentes «pasa siempre» en este recinto de Gràcia y señaló que «el pasado viernes también se produjeron hechos similares», aunque en esta ocasión los jóvenes depusieron su actitud al llegar los efectivos policiales. La dependienta denunció los actos diarios de «gamberrismo puro, incontrolable y que dan miedo, realmente» protagonizados por «jóvenes que se orinan en las puertas e insultan a los vecinos».
Los vecinos de Gràcia hace años que se quejan de las molestias y los ruidos provocados por los clientes a la salida de los numerosos locales nocturnos que hay en el barrio, pero desde hace algún tiempo se lamentan también del incivismo de algunos jóvenes que pertenecen a grupos radicales o de «okupas» que se han instalado en esta zona de la ciudad. Estos colectivos juveniles son contemplados con buenos ojos por buena parte del equipo de gobierno municipal e incluso algunos de ellos, como la concejal independentista Roser Veciana (ERC), y la teniente de alcalde de Iniciativa per Catalunya, Inma Mayol, defendieron recientemente su actuación y criticaron la de la Policía.
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